A
mí el 2013 me ha demostrado que después de la tormenta siempre llega la
calma, y que cuando algo acaba, empieza algo mejor. Que no hay mal que
por bien no venga, y que al mal tiempo hay que tener siempre buena cara.
Que no importa cuanto caigas, que lo más grande es levantarse. Que nada
dura para siempre pero sí lo suficiente para que sea inolvidable. Y que
habrá gente que entrará en tu vida y se marchará cuando menos lo
esperes, pero que los de verdad estarán siempre. Un año más que se va y
otro más que llega, y espero que este sea devolviendo las ganas y la
ilusión que el 2013 se ha llevado. Adiós 2013, bienvenido 2014. ¡Feliz
año!
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